Es
difícil definir de forma resumida lo que significa este término; sin embargo nos
aventuraremos a hacerlo. La hipnosis es una técnica con la que conseguimos un
estado psico-fisiológico diferente del estado de vigilia normal. El
electro-encefalograma de una persona hipnotizada es diferente del de una persona
despierta o dormida en sueño natural. Dicho estado se caracteriza por una gran
sugestionabilidad, ¿qué quiere decir esto? que la persona bajo hipnosis acepta
como reales las sugestiones que le sugiere el hipnotizador.
Para que sirven:
A parte de para realizar los espectáculos a veces ridículos y bochornosos que
vemos en TV, la hipnosis tiene una aplicación realmente más brillante y práctica
que es la de su vertiente clínica, es decir, para curar o mejorar enfermedades o
las condiciones físicas o mentales de las personas. Así por ejemplo, es muy
conocida la aplicación de la hipnosis o la sofrología (técnica muy parecida pero
donde no hay pérdida de conciencia) para la extracción de piezas dentales sin
dolor. También para tratar todo tipo de trastornos mentales y psicológicos:
fobias, miedos, traumas, depresión, angustia, nerviosismo, estrés, enuresis
nocturna, timidez, etc. Por ejemplo, se ha visto su gran utilidad en
dermatología para curar prácticamente al instante verrugas, eczemas, y todo tipo
de erupciones cutáneas. En definitiva, con hipnosis son tratables cualesquiera
de las enfermedades llamadas psicógenas o psicosomáticas, es decir, las que
tienen un origen en un conflicto emocional o psíquico. En el campo de las
adicciones, es de un éxito notorio para dejar el tabaco, así como para tratar
ludopatías, alcoholismo, etc. En este caso, el simple hipnotizador, pasa a ser
hipnólogo o persona que usa la hipnosis con un fin terapéutico.
Es
peligrosa?
La hipnosis no es peligrosa, siempre y cuando sea realizada por una persona
cualificada y por supuesto tenga la ética suficiente para no someter a su
cliente a ninguna práctica que en estado vigila no permitiría. Por lo demás,
nadie puede quedarse eternamente dormido si el hipnotizador nos abandonase, ya
que en ese caso, pasaríamos del sueño hipnótico a un sueño natural y
despertaríamos normalmente. Las únicas contraindicaciones absolutas de la
hipnosis son en los casos de padecerse epilepsia o esquizofrenia. La epilepsia
porque podría suceder que en pleno trance hipnótico sobreviniera una crisis
epiléptica a quien padece esta enfermedad, y la esquizofrenia porque, a parte de
que sea muy difícil hipnotizar a un esquizofrénico, podríamos empeorarle su
enfermedad con la hipnosis. |