La
homeopatía (del griego ὅμοιος [hómoios],
‘igual’, y πάθος [páthos], ‘sufrimiento’) es
un sistema de medicina alternativa creado en
1796 por Samuel Hahnemann basado en su
doctrina de «lo similar cura lo similar»:
una sustancia que cause los síntomas de una
enfermedad en personas sanas curará lo
similar en personas enfermas. Es un método
terapéutico para la prevención, alivio o
curación de enfermedades utilizando
medicamentos homeopáticos.
La homeopatía clásica se define
habitualmente como el sistema médico basado
en el uso de cantidades diminutas (inifinitesimales)
de sustancias que en grandes dosis
producirían síntomas parecidos a los de la
enfermedad que está siendo tratada.
El propio Hahnemann reconocía que la idea de
emplear sustancias que producen síntomas
similares se le ocurrió cuando, al tomar una
infusión de corteza de cinchona, experimentó
síntomas parecidos a los de la malaria,
enfermedad que se trataba en aquella época
precisamente mediante la corteza de cinchona,
rica en quinina. Irónicamente, todo parece
indicar que lo que pasó es que Hahnemann
sufría de alergia a la quinina. La
homeopatía es eficaz para prevenir y tratar
tanto enfermedades agudas (gripe, tos,
diarrea, crisis de migraña, contusiones
etc.) como crónicas (alergia, dermatitis,
asma, afecciones reumáticas, ansiedad etc.),
en infecciones de repetición (garganta,
oídos, ginecológicas, urinarias….), e
incluso en cuidados paliativos (control de
síntomas como dolor o estreñimiento y alivio
de efectos secundarios como las nauseas de
la quimioterapia...).
En
homeopatía, y especialmente en enfermedades
crónicas, el objetivo es ir más allá del
alivio de los síntomas que van apareciendo,
se busca ayudar al paciente a restablecer
globalmente su equilibrio natural. Para
ello, el médico homeópata en la consulta
tendrá en cuenta, además de los síntomas o
problemas de salud que presenta el paciente,
su constitución física y su forma de
reaccionar y sensaciones frente a la
enfermedad, además de factores de mejoría o
de empeoramiento. Por eso se dice que el
tratamiento, en homeopatía, es más
individualizado.
Además, estos medicamentos tienen la ventaja
de que en general, no presentan
contraindicaciones, interacciones
medicamentosas ni efectos adversos
relevantes relacionados con la toma del
medicamento, por lo que se recomiendan
habitualmente para todo tipo de pacientes,
incluso niños, embarazadas y enfermos
polimedicados.
Según el caso, estos medicamentos se
utilizan solos, en exclusiva, o junto a
otros tratamientos, sobre todo en
enfermedades crónicas. En este caso, la
utilización de los tratamientos homeopáticos
asociados a los convencionales, permite en
muchos casos, bajo supervisión del
especialista, reducir la medicación
convencional y/o sus efectos secundarios.
Como cualquier medicamento, los medicamentos
homeopáticos son de venta exclusiva en
farmacias.
El Medicamento homeopático:
Los medicamentos para uso Homeopático se
preparan a partir de productos de origen
vegetal, animal o de productos químicos
(minerales u orgánicos). Se parte de
tinturas madres para los productos solubles
en agua o alcohol, y de trituraciones para
aquellos productos que no son solubles en
agua ni en alcohol. Durante su preparación,
el medicamento Homeopático es sometido a un
doble proceso:
Desconcentración progresiva (dilución)
Se puede hacer al 1/10 o al 1/100
Los productos solubles en agua o en alcohol
se desconcentran mediante una solución hidro-alcohólica,
los insolubles (previamente triturados) se
desconcentran mediante una trituración con
lactosa. A partir de la 3ª desconcentración
el producto se hace soluble y las siguientes
desconcentraciones se realizan ya con
solución hidro-alcohólica. Se pueden
realizar tantas desconcentraciones al 1/100
como se desee pero lo más frecuente es
realizar hasta 30 desconcentraciones.
Agitación vigorosa (dinamización)
Después de cada desconcentración se procede
a agitar fuertemente la solución. A este
proceso se le llama 'Dinamización'.
En el proceso de fabricación del medicamento
homeopático se siguen rigurosamente las
indicaciones recogidas en la Farmacopea
Francesa o Alemana. La forma de preparación
del medicamento homeopático hace que éste
carezca de efectos secundarios e
interacciones medicamentosas
FORMA DE PRESCRIBIR EL MEDICAMENTO
HOMEOPÁTICO:
Sabemos
que toda sustancia farmacologicamente activa
provoca en un individuo sano y sensible un
conjunto de síntomas que son característicos
de esa sustancia y que llamamos patogenesia.
Toda persona enferma presenta un cuadro
clínico característico de su enfermedad y de
su forma de enfermar. Hay una serie de
síntomas y signos que caracterizan la
enfermedad y que permiten hacer el
diagnóstico nosológico. Pero además existen
una serie de síntomas y signos que son
característicos de su forma de enfermar y
que quizás no presente otro enfermo con la
misma enfermedad.
Para tratar a una persona enferma con un
medicamento homeopático tenemos en cuenta
tanto los síntomas característicos de la
enfermedad como los síntomas particulares de
la reacción del enfermo ante la enfermedad y
le daremos aquel medicamento homeopático que
experimentalmente sea capaz de provocar en
un sujeto sano el conjunto de síntomas que
presenta el enfermo.
El médico homeópata, es decir aquel que
habitualmente o preferentemente utiliza los
medicamentos homeopáticos, ante una persona
enferma, procede en primer lugar a realizar
una historia clínica detallada, a explorar
al enfermo y a pedir todas las pruebas
complementarias necesarias para llegar al
diagnóstico de la enfermedad. Una vez hecho
el diagnóstico y en función del cuadro
clínico que presente el enfermo, decidirá
cual es la terapéutica más adecuada para él:
cirugía, tratamiento farmacológico
convencional, tratamiento homeopático o
ambos, fisioterapia etc...
Este aspecto es muy importante porque pone
de relieve que la homeopatía es un método
terapéutico que aporta al médico otra arma
terapéutica más, segura y eficaz.
El medicamento homeopático no es específico
de una enfermedad determinada sino que es
específico de una 'forma de enfermar', esto
hace que una misma enfermedad, en diferentes
personas, pueda ser tratada con diferentes
medicamentos en función del cuadro de
reacción que presente cada enfermo y que un
mismo medicamento pueda servir para tratar
diferentes enfermedades siempre que el
cuadro clínico del enfermo coincida con la
patogenesia de ese medicamento. Por ello la
homeopatía es una terapéutica
individualizada.