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La
Relajación es
nuestro estado
natural,
proporciona,
principalmente, un
estado de descanso
profundo a la vez
que se regula el
metabolismo, ritmo
cardíaco y
respiración, nos
libera de nuestras
tensiones, tanto
musculares como
psíquicas que se han
acumulado con el
paso del tiempo.
La Relajación mejora
el riego sanguíneo,
armoniza la
respiración, los
latidos del corazón,
distiende los
músculos, etc,
proporcionando una
intensa sensación de
bienestar, calma y
tranquilidad,
cercana a la del
sueño profundo, pero
en estado de
vigilia. La persona
se encuentra en un
estado de
sensibilidad y
receptividad natural
aumentada, atenta al
más alto nivel, a
través de cada una
de las células de su
cuerpo. En esos
momentos se gasta el
mínimo de energía,
consiguiendo, como
consecuencia, una
respuesta muy
positiva,
esencialmente a un
nivel psicológico.
Relajarse
es indispensable
para hacer frente a
la vida diaria donde
las prisas, los
miedos y el estrés
nos acechan en todo
momento. Quien
practica la
Relajación debe
desconectar del
exterior en ese
momento por completo
y centrarse en su
interior, en su
propio y auténtico
ser, siendo esta
forma la mejor
manera de escucharse
a sí mismo-a,
observar sin crítica
y tomar conciencia
para que el cuerpo y
la mente trabajen en
perfecta sintonía.
Luego en nuestra
vida cotidiana,
nuestro cuerpo y
nuestra mente se
sentirán
notablemente
rejuvenecidos,
llenos de energía y
vitalidad.
Relajación es la
innata capacidad del
cuerpo para alcanzar
un estado especial
caracterizado por
una disminución de
las pulsaciones
cardíacas, de la
presión arterial y
de las ondas
cerebrales, y una
reducción general de
la velocidad del
metabolismo. Los
cambios producidos
por la Relajación
contrarrestan los
perjudiciales
efectos y las
molestas sensaciones
generadas por el
estrés.
La Relajación
puede:
Aliviar el dolor de
cabeza.
Vencer el insomnio.
Reducir la presión
arterial y controlar
los problemas
producidos por la
hipertensión.
Aliviar dolores
musculares, en
especial de espalda
y cuello.
Aumentar la
creatividad, sobre
todo cuando se
experimente alguna
especie de “bloqueo
mental”.
Controlar
las crisis de
angustia.
Reducir los niveles
de colesterol.
Reducir el estrés
general y alcanzar
la paz interior y el
equilibrio
emocional.
Aliviar los síntomas
de la ansiedad
(mareos,
palpitaciones,
angustia, trastornos
gástricos, náuseas,
vómitos,
dificultades
respiratorias,
inquietud,
aturdimiento,
dolores torácicos,
entumecimiento de
las extremidades,
espasmos de las
manos y pies,
sudoración, diarrea,
estreñimiento,
irritabilidad,
miedo, problemas
para relacionarse
con los demás).
Es importante
señalar que la
Relajación no
pretende, sustituir
la visita a su
médico o sustituir
un tratamiento que
éste le haya
prescrito, si padece
alguna enfermedad
debe seguir los
consejos de su
médico y a la vez
practicar las
técnicas de
Relajación más
adecuadas, las
cuales harán que se
acelere su proceso
de curación. |