Los
astros que constituyen la
jerarquía divina y que se
desplazan en el universo del
Zodíaco, son siete: el Sol,
la Luna, Mercurio, Venus,
Marte, Júpiter y Saturno. A
cada uno de ellos se le
atribuyó un día y juntos
formaron los siete días de
la semana.
Posteriormente, fueron
descubiertos, investigados e
incluidos otros tres: Urano,
Neptuno y Plutón.
En Astrología, cada signo se
ve “regido” por un astro
cuyas cualidades
corresponden a las del signo
en cuestión.
Los Astros y los dioses
Para el hombre de la
Antigüedad, el cielo era la
morada de los dioses. Las
constelaciones, y luego los
astros, se convirtieron en
las figuras de estos dioses.
Bajo una aparente
inmovilidad todo se mueve
continuamente sobre nuestras
cabezas. Este simple hecho,
del cual el hombre de la
Antigüedad tomó
conciencia, y que el hombre
moderno supo demostrar
científicamente, confirma
que en nuestro mundo
terreno todo es ilusión. En
efecto, creemos ver un cielo
perpetuamente idéntico a sí
mismo, donde todo parece
estar en el mismo lugar;
pero si lo observamos
atentamente, nos daremos
cuenta de que se mueve y se
transforma ante nuestros
ojos. Suponemos, del mismo
modo, que nos encontramos
en un punto fijo: con los
pies en la tierra. Pero, en
realidad, la Tierra gira
sobre sí misma y alrededor
del Sol, que a su vez se
desplaza por la Vía Láctea
(nuestra galaxia), la cual,
asimismo, avanza en el
universo.
De los Astros a los
hombres
A
lo largo de los siglos - ya
que todo esto no fue
asimilado en un día -, el
zodíaco, o el universo de
los dioses, fue el espejo
panorámico de las ideas, de
los sentimientos, de las
pasiones divinizadas por los
hombres. Así, todo lo que
ocurre en el zodíaco, las
informaciones que allí
podemos leer y extraer,
resultan de nuestras propias
^proyecciones y de nuestra
imaginación, de nuestra
conciencia o mas exactamente
de las de nuestros
antepasados, cuyo
pensamiento y espíritu
están mucho más cerca de los
nuestros de lo que podemos
creer. Para el hombre de la
Antigüedad, entrar en el
universo del zodíaco es
elevarse al nivel de los
dioses, pero sobre todo era
entrar de lleno en el
territorio del conocimiento
inmediato y espontáneo del
mundo cotidiano y, de un
modo más sutil, más profundo
también, de la conciencia
individualizada. Entrar en
el universo del zodíaco y
consultar los astros, es
decir, a los dioses, según
como acabamos de definirlos,
es lanzarse al
descubrimiento del mundo y
de uno mismo.
¿Cómo no quedar admirados
cuando contemplamos el gran
espectáculo de un cielo
estrellado? ¿No nos da el
ciclo la impresión de ser un
inmenso océano sin límite,
que envuelve a la Tierra, y
en cuyas aguas nuestro
planeta parece una isla? El
hombre de la Antigüedad
razonaba de este modo cuando
nombraba las Aguas
Superiores y las Aguas
Inferiores, y cuando se
imaginaba poéticamente que,
en su origen, durante la
creación del mundo, las
Aguas Superiores y las Aguas
Inferiores se disociaron. En
las Aguas Superiores, los
astros, esas grandes naves
del espacio tripuladas por
los dioses, viajaban
siguiendo las órbitas, o
círculos, relativamente
inmutables alrededor de la
Tierra; se desplazaban en
el zodíaco para anunciar,
con regularidad, el retorno
de fenómenos naturales con
los cuales, a lo largo de
los siglos, fueron
identificados. Los astros
adquirieron una identidad.
Se les atribuyeron
cualidades naturales y,
luego, humanas que les
correspondieron
perfectamente. Estas son las
que vamos a descubrir.
Los Signos del Zodíaco y
las estaciones
La primavera, el verano, El
otoño y el invierno
A cada signo su estación; a
cada estación, sus signos.
Los 12 signos astrológicos
se suceden en el zodíaco al
ritmo de la naturaleza...
En el zodíaco, los 12 signos
astrológicos se agrupan de 3
en 3, en cada una de Las 4
estaciones.
Primavera: Aries, Tauro,
Géminis.
Verano: Cáncer, Leo, Virgo.
Otoño: Libra, Escorpio,
Sagitario.
Invierno: Capricornio,
Acuario, Piscis.
Están también agrupados de 3
en 3, según los 4 elementos:
Fuego: Aries, Leo,
Sagitario.
Tierra: Tauro, Virgo,
Capricornio.
Aire: Géminis, Libra,
Acuario.
Agua: Cáncer, Escorpio,
Piscis.
Recordemos que el zodíaco el
instrumento del astrólogo,
es un sistema de lectura
creado por el hombre de la
Antigüedad para reunir y
codificar sus conocimientos,
su visión del mundo y de la
vida. Para entender la
estructura fundamental del
zodíaco, hay que descubrir y
señalar las analogías
existentes entre cada una de
las 4 estaciones del año y
cada uno de los 12 signos
astrológicos, instalados en
él zodíaco a partir de la
observación de los fenómenos
de la naturaleza.