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Meditar
es el camino directo al
Espíritu. Lo que no significa
soltar la materia sino unir
Cielo y Tierra.
Es la mejor forma para lograr
ampliar la conciencia y
evolucionar rápidamente con el
uso conciente de la voluntad y
el amor-devoción. La meditación
es "SER", es dejar el "yo" y
tomar el "soy", no para
abandonar el yo sino para
dejarlo en manos del soy;
entonces el "Yo soy" toma un
sentido total, se traslada la
conciencia del "yo inferior" al
"Yo Superior" y así, se
espiritualiza la materia y se
materializa el espíritu.
Meditando logramos centrarnos,
sentirnos completos, felices,
vibrantes de energía, plenos.
Sumamos conciencia y nos
expandimos, resignificamos
nuestra vida y le damos sentido
a cada experiencia que jugamos.
Experimentamos nuestro espíritu
y la certeza de nuestra
naturaleza eterna. Así, nos
amamos y nos sanamos y ese amor
se expande a todo cuanto miramos
y tocamos, vivimos lo mágico.
Nos
unimos a Dios y gozamos en él.
Pero hay una diferencia muy
grande entre "haberlo leído y
haberlo vivido", y en ese
sentido la meditación es para
los valientes que no temen
entregarse a la aventura de
vivir el Espíritu. Y vivir el
Espíritu significa experimentar
y tomar las riendas de la propia
evolución sumando todas las
herramientas posibles que me
conduzcan a la mejor
manifestación de mi espíritu en
esta encarnación.
Existen variadas técnicas de
meditación. Tan variadas como
somos nosotros. Y en ese sentido
hay técnicas de meditación para
cada estado mental, emocional o
físico, y para cada tipo de
personalidad. Podemos encontrar
fácilmente nuestra mejor técnica
hasta que "el Todo Uno" se
muestra y ya conocemos el
principio del camino.
A partir de allí y
progresivamente, todo en nuestra
vida se transforma en meditación
y un estado de paz interior se
encuentra siempre dentro
nuestro, revelándonos nuevos
estados de conciencia
constantemente, abriendo
nuestras fronteras y despertando
nuevos dones. Así, en comunión
con nuestro espíritu, en una
espiral de evolución de la
conciencia personal y atento a
las necesidades del alma, vamos
cumpliendo la misión que tenemos
para esta encarnación y
avanzamos en el camino de
retorno. |